En general, todo el mundo ha tenido alguna vez ese famoso “dolor de cuello” que muchas veces desconocemos su verdadero nombre. Y es que los dolores en la zona cervical de la columna son de los más extendidos entre la población, ya que habitualmente se generan como consecuencia de malas posturas o movimientos.
Como resulta necesario ampliar la información acerca de esta patología, ya que es importante conocer sus síntomas, causas específicas y tratamientos, hoy desde IAC te contamos un poco más sobre qué es la cervicalgia y qué se puede hacer para tratar de prevenirla.
Qué es la cervicalgia
La cervicalgia, también conocida como dolor cervical, es un tipo de dolor que se experimenta en la zona del cuello como resultado, o bien de una sobrecarga muscular, o una lesión nerviosa de las articulaciones intervertebrales que salen desde la médula espinal, en el espacio de la columna cervical, y que se dirigen hacia los brazos.
La columna cervical se caracteriza por ser muy flexible y permitir mayor movilidad que cualquier otra zona de la columna vertebral. Por ello, es frecuente ese padecimiento de dolor, que puede variar desde leve hasta intenso y puede ser acompañado de síntomas como rigidez, debilidad, hormigueo y dificultad para mover el cuello. De hecho, algunas veces el dolor cervical puede irradiarse hacia los hombros, la mandíbula o el pecho, causando aún más molestias.
En cuanto a sus causas, la cervicalgia puede ser causada por una variedad de factores como algunas de las cuales son:
- Lesiones traumáticas, como un latigazo cervical tras un accidente de tráfico, o distorsiones en el cuello.
- Enfermedades degenerativas, como la artritis o la hernia de disco.
- Problemas musculoesqueléticos, como contracturas o debilidad muscular.
- Problemas posturales, que suelen ser los más frecuentes, como estar sentado o parado con la cabeza inclinada hacia adelante durante prolongados periodos de tiempo.
- Estrés emocional, que puede causar tensión en los músculos del cuello.
Tratamiento cervicalgia
El tratamiento de la cervicalgia varía dependiendo de la causa subyacente. Se pueden utilizar técnicas de calor o frío para aliviar la tensión muscular, o en caso de permanecer en casa, puede ayudar el uso un collarín blando, que permita una postura de la cabeza en cierto grado de descanso en flexión.
También, la fisioterapia, el yoga y la terapia ocupacional también son útiles para fortalecer los músculos del cuello, mejorar la flexibilidad, y reducir la inflamación.
En casos graves o crónicos de cervicalgia, se recomienda acudir a un especialista para un diagnóstico, ya que en algunos casos se puede recomendar una intervención quirúrgica.
Por ejemplo, un latigazo cervical puede derivar en un esguince cervical, donde, en el momento del latigazo, la cabeza y el cuello se flexionan rápida y bruscamente, lo cual suele provocar la distensión y dolor de algunos tendones, ligamentos y músculos. En estos casos, La mayoría de las personas que sufren un esguince cervical se recuperan en 1 mes y las personas más jóvenes se recuperan con más rapidez. Si has sufrido un esguince cervical y necesitas asegurarte de que todo va bien, acude a su médico de cabecera o al hospital.
Yoga terapéutico para cervicalgia
El yoga es una práctica milenaria que ha demostrado ser eficaz para aliviar el dolor cervical y mejorar la movilidad del cuello. Los ejercicios de yoga se centran en la conexión mente-cuerpo y pueden ayudar a reducir el estrés y la tensión en los músculos del cuello.
Las posturas de yoga consiguen alinear la cabeza con la columna vertebral recuperando la curvatura natural de la espalda, que se traduce en menor tensión en los discos intervertebrales y en el fortalecimiento de la zona.
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