¿Sabías que la temperatura del agua de la ducha puede afectar directamente a tu dolor de espalda? Aunque muchas veces elegimos la temperatura del agua por simple comodidad, lo cierto es que el agua caliente o fría puede tener efectos muy distintos sobre la musculatura y las molestias lumbares. En el Instituto Avanzado de Columna (IAC) te explicamos cómo aprovechar la ducha como parte de tu rutina para aliviar el dolor de espalda.
Agua caliente: relajación y alivio muscular
Una ducha caliente puede convertirse en un auténtico aliado para quienes sufren molestias de espalda. La temperatura del agua de la ducha, cuando es alta pero moderada, contribuye a:
- Relajar la musculatura: el calor mejora la circulación sanguínea y disminuye la rigidez en la zona lumbar.
- Aliviar contracturas leves: aplicar calor local mediante la ducha puede disminuir la tensión acumulada en músculos y fascias.
- Reducir el estrés corporal: el calor activa el sistema parasimpático, lo que favorece la relajación general y puede atenuar la percepción del dolor.
Agua fría: antiinflamatoria y tonificante
Por otro lado, una ducha fría o templada también puede aportar beneficios, sobre todo en casos de dolor de espalda agudo o inflamación reciente. En estos casos, la temperatura del agua de la ducha influye de forma positiva al:
- Reducir la inflamación: el agua fría contrae los vasos sanguíneos, lo que disminuye la hinchazón y la sensación de pesadez.
- Tonificar los tejidos: tras una actividad física intensa, una ducha fría puede ayudar a prevenir sobrecargas musculares.
- Estimular el sistema nervioso: el contraste térmico activa la circulación y puede generar una sensación de energía.
Recomendaciones desde el IAC
Desde el Instituto Avanzado de Columna te aconsejamos:
- No usar temperaturas extremas: ni muy caliente ni muy fría, para evitar efectos adversos.
- Mantener las duchas en intervalos razonables (5-10 minutos).
- Combinar la ducha con ejercicios suaves y buena higiene postural.
- Consultar con un especialista si el dolor de espalda es persistente o limitante.
Preguntas frecuentes sobre cómo influye la temperatura del agua sobre la espalda: